Los científicos evalúan cómo hacer que la producción de amoníaco sea más sostenible y encuentran una nueva forma de calcular el impacto ambiental de la producción de amoníaco. Este grupo de profesionales conforman el Laboratorio Nacional Argonne del Departamento de Energía de EE.UU. Siendo su trabajo un aporte importante para el sector en general.
El amoníaco se produce principalmente reformando el gas natural, un proceso que contribuye a las emisiones atmosféricas tanto de dióxido de carbono como de metano. “El objetivo final es utilizar energía renovable o nuclear e hidrógeno limpio para producirlo”, dijo el científico principal de Argonne, Amgad Elgowainy.
El grupo de profesionales utilizaron el modelo de gases de efecto invernadero, emisiones reguladas y uso de energía en tecnologías de Argonne para estimar el impacto ambiental de la producción de amoníaco a partir de diversas fuentes de energía.
Formas más sostenibles minimizar el impacto ambiental.
La primera forma evita parte de la liberación de carbono al capturar un cierto porcentaje del carbono producido y luego almacenarlo en formaciones geológicas. El costo total para producir el amoníaco aumenta solo alrededor del 20%, por lo tanto, implementar esta vía tecnológica tiene un costo relativamente bajo.
En la otra ruta de carbono cercano a cero, el proceso incluye la electrolización del agua para producir hidrógeno, que al combinarse con nitrógeno produzca amoníaco. Elgowainy manifiesta que “el uso de energía renovable o nuclear para dividir el agua a través de la electrólisis nos brinda una forma de producir amoníaco casi sin impacto de carbono”.
Según Elgowainy, existe un margen significativo para la reducción de costos de la tecnología de electrólisis que eventualmente podría hacer que la ruta de electrólisis del agua sea más competitiva en costos.