“La calidad de aire interior dentro de edificios es fundamental para reducir los problemas de salud y aumentar la eficiencia”
Pese a la pandemia, una cantidad importante de edificios se siguen usando para temas laborales y las personas quienes trabajan pueden llegar a estar hasta el 90% de su tiempo dentro de estos. Como bien indica Jon Douglas, director de servicios y soluciones para edificios saludables de Johnson Controls, la calidad del aire interior o IAQ (Indoor Air Quality, en inglés) es un elemento relevante, pues condiciona nuestro bienestar.
Y es que la contaminación del aire por diversas causas, como la emisión de gases de los vehículos, agravan las consecuencias de una mala IAQ que pueden desembocar en los siguientes problemas:
- Salud: aumenta el riesgo de cáncer, enfermedades respiratorias y del corazón. También pueden favorecer, según estudios, la aparición del síndrome del edificio enfermo, el cual se identifica a través del cansancio, dolores de cabeza, entre otros.
- Disminución de la productividad: de acuerdo con Johnson Controls, se puede reducir el rendimiento al año por empleado.
La solución
Esta problemática global tiene soluciones y el campo del HVAC viene logrando avances tecnológicos que permiten reducir los efectos de una mala calidad de aire interior. En ese sentido, hay equipos de climatización que se centran en el tratamiento del aire que permite tener un correcto control de temperatura para desestabilizar la transmisión de patógenos.
También hay ventiladores HEPA que aumentan la recolección de partículas para purificar el aire interior; como también hay soluciones que inactivan bacterias, gérmenes o virus, como la irritación germicida ultravioleta (UGVI) o los métodos de ionización bipolar (BPI).
Vale destacar que Johnson Controls cuenta con soluciones como OpenBlue Clean Air, cuya tecnología hace posible supervisar y mejorar la calidad del aire interior; u OpenBlue Healthy Buildings, cuyo equipo se dedica al análisis de datos y la inteligencia artificial.
Finalmente, la ventilación de los espacios interiores con aire exterior mejora la IAQ, pues diluye el número de contaminantes gaseosos de un edificio, pero no es aconsejable ventilar si afuera hay una contaminación excesiva.
Con información de Johnson Controls.