Hablamos con Diego Guerrero de Luna Villalobos, director de la Escuela de Refrigeración del Perú, que se encuentra en Centroamérica, a propósito de su reciente designación como representante para Latinoamérica de Teksol Group Solutions, una de las empresas líderes en la provisión de soluciones en Hvacr en América Latina y los Estados Unidos. Diego fue, además, director comercial y gerente general en una prestigiosa empresa internacional con sede en Lima, es un ingeniero con más de 25 años de experiencia en el sector y, con esta nueva designación, da un paso decisivo en su proyección internacional. En la presente entrevista nos habla sobre su experiencia en la Escuela de Refrigeración, sobre la situación del sector y sus desafíos, y nos ofrece una visión optimista sobre el presente y futuro del sector.
¿Cómo impactó la pandemia a la ERP?
Fue un momento bastante difícil. Una escuela requiere presencialidad, sobre todo una escuela técnica como es la ERP; ese es su core business en el gran mercado al cual se dirige. La pandemia nos golpeó mucho porque nos quitó la presencialidad que es la vida misma de una escuela. Afortunadamente, como el aire acondicionado tiene que ver con la calidad de aire interior y éste era un tema que tenía que ver con los contagios, el interés no decayó y eso nos ayudó a paliar el golpe. Más de 200 científicos le dijeron a la Organización Mundial de la Salud que tenía que cambiar su enfoque sobre los contagios, de desinfección de superficies a la calidad de aire interior, y eso se hace mejorando los sistemas de ventilación. Por ese lado había mucho que hacer, es decir, éramos considerados una labor esencial. Por el lado de la refrigeración de los alimentos también había que garantizar el suministro de víveres en buen estado, y la refrigeración tampoco se detuvo; se tuvieron que seguir haciendo las labores de mantenimiento, de nuevas instalaciones o de mejoras de las existentes; esto es, había mucha demanda que había que garantizar. Entonces, en lo que le pegó más a la escuela es en la calidad de la formación porque ya no había presencialidad.
¿Siendo importante la refrigeración y ventilación en la pandemia, su necesidad o usos fueron bien comunicados?
Sí, se reconoce su importancia. Lo que falta es un poco más de institucionalidad para que nuestro aporte cobre un peso importante y para que el mensaje sea más claro y profesional. Nuestra actividad requiere mucho conocimiento de ingeniería y años de experiencia. La refrigeración y el aire acondicionado ya tienen más de cien años. Hace poco el inventor del aire acondicionado fue reconocido por haber contribuido con una de las invenciones más importantes de la humanidad. Entonces se reconoce su importancia, pero a nosotros nos falta más institucionalidad para comunicar estos aportes. La ERP aporta ofreciendo capacitación y profesionalizando a la gente que se dedica a este mercado del aire acondicionado y la refrigeración.
¿Qué aportes da la escuela de manera más específica?
La escuela ya es bastante reconocida a nivel nacional y tiene un porcentaje significativo de alumnos extranjeros, sobre todo en los programas de actualización para ingenieros (tenemos un programa de formación de técnicos y otro de actualización para ingenieros). De esta forma, la escuela se ha posicionado con una oferta profesional bien estructurada. Las otras ofertas que existen están, o muy por encima en tiempo, con exigencias de dos o tres años de formación o con exigencias que están muy por debajo, donde no hay talleres, la estructura ni el currículo eficientes y de calidad. La escuela ha logrado un nivel adecuado para la formación de los técnicos e ingenieros. Ésta fue la gran visión de nuestro fundador, Ricardo Ávila, que lamentablemente falleció en marzo del 2021; su visión fue encontrar un espacio académico para la formación de estos técnicos y profesionales bajo un concepto más práctico y aplicado, sin descuidar los fundamentos. La escuela se ganó este espacio a lo largo de trece años de actividad. Actualmente tenemos 1,200 m2 dedicados a la enseñanza y más de 600 m2 de taller, únicamente dedicados a la formación en aire acondicionado y refrigeración.
¿Cuáles son los desafíos que ahora se le presenta a la escuela?
Son varios. En el nivel académico hay que estar siempre al día, a la vanguardia, no solo con los conocimientos sino también con los equipos. Ahora hay mucha digitalización, automatización y conectividad; entonces hay que incorporar a la rama mecánica todos estos nuevos conceptos; así lo es también con el internet de las cosas. Otro desafío es la didáctica, que nos plantea desarrollar cursos virtuales y experimentales para que el alumno sienta que está participando, o sienta que se mete, por ejemplo, en un ciclo de compresión de vapor y mejora su análisis. Está también el desafío de sostener la comunidad de profesores, los que tenemos nuestros propios trabajos que deben conjugarse con la labor académica, que nos apasiona. Está también el reto institucional de integrarnos con el circuito de escuelas, tener representaciones, asociaciones y trabajar en conjunto con gremios y colegios profesionales. Actualmente tengo solicitudes para replicar el modelo de la ERP en países como Panamá, donde estuve hace poco; en Guatemala, en Venezuela de donde muchos técnicos han salido del país y quieren relanzar las capacitaciones. Está el reto de hacer el modelo de negocio de la escuela para replicarlo. Hay también un reto financiero para tener los talleres siempre al día e incrementar los módulos de enseñanza. Es un proceso muy dinámico y, al mismo tiempo, satisfactorio, porque contribuimos a mejorar la vida de las personas, los que al contar con capacitación y certificación cuentan con más herramientas para enfrentar sus compromisos y de integrase a una comunidad en el sentido profesional. La experiencia es muy interesante y me siento muy orgulloso de formar parte de la ella.
¿Sigue existiendo en la actualidad el déficit de técnicos?
Si nos referimos a técnicos certificados y egresados de una institución académica, sí: hay mucha necesidad. Lo bueno es que es una carrera donde la mayoría está trabajando. Si te refieres a un técnico certificado y capacitado, con un set de conocimientos y preparado para realizar un buen diagnóstico, hacer un buen análisis, desarrollar un proyecto, sí estamos en déficit. Es parte de la deficiencia de la educación nacional.
¿La carrera de refrigeración es una especialidad muy técnica, cierto?
Es una especialidad muy técnica. La enseñanza sobre esta rama de la mecánica en las carreras de ingeniería se orientada a la refrigeración y muy poco a lo que es aire acondicionado. Tengo amigos de la especialidad que hicieron sus tesis sobre aire acondicionado y trabajaron con ingenieros pioneros que aún siguen trabajando muy bien y son muy reconocidos, y a los cuales les agradecemos mucho por haber marcado el paso para contar ahora con profesionales brillantes.
¿Qué desafíos ve Ud. para el sector del Hvacr?
En el Perú el mayor reto es que podamos actualizarnos lo más posible en conocimientos para atrevernos a hacer cosas innovadoras. Nuestro vecino de Colombia desde hace 15 años viene promoviendo el proyecto de Distritos Térmicos en busca de la eficiencia energética permitiendo brindar la climatización y refrigeración a un nivel más eficiente. Para ello hay que reunir a los diferentes participantes dentro de lo que es un proyecto de climatización, que pasaría a formar parte de un proyecto de infraestructura mucho más grande. Esto nos hace falta. El esfuerzo que hacen los peruanos es real, yo lo vivo todo el tiempo: hay un interés de saber y conocer. Lo que hace falta es tener ofertas más accesibles y lograr internalizar que sin la innovación no podremos avanzar. Durante la pandemia se formó el capítulo de Ashrae Perú motivado porque en todos los países los capítulos de Ashrae se pronunciaban sobre la pandemia y los peruanos no lo teníamos, y un grupo de ingenieros sacó adelante su formación con una junta directiva sumamente dinámica. Lo que hace falta es seguir entrenándonos y capacitándonos y apoyar los esfuerzos educativos. Los peruanos tenemos muchas condiciones de calidad humana y de personas para surgir. Luego vendrá el atrevimiento de poder colaborar y armar equipos con instituciones del Estado para sacar normas. Pero hemos avanzado mucho, en muchos países no existen normas como en Perú, no hay una EM030, una Norma Técnica de Salud 110, aunque nos falta mucho más. Otro reto muy importante es lograr ser un gremio más unido y sólido que impulse el trabajo de los diferentes actores de la especialidad.
¿Qué oportunidades ve para las empresas en el actual momento? ¿Habrá más mercado para el HVAC?
Las empresas van a seguir creciendo por el crecimiento de las ciudades. Las ciudades cuando crecen demandan vivienda y éstas demandan refrigeración doméstica, los nuevos asentamientos van a demandar también supermercados y estos demandarán centros de acopio refrigerado y una logística de refrigeración; y todo esto demandará técnicos, profesionales, equipos. Lo mismo sucede con el aire acondicionado: cada vez más personas pasan más tiempo en espacios cerrados y la pandemia planteó la necesidad de contar con ambientes más ventilados y mejor climatizados. De acuerdo a un informe de la Agencia Internacional de Energía al año 2050 se triplicará la demanda de energía, sobre todo por el uso de sistemas de aire acondicionado y de refrigeración; con este crecimiento, se estima que no va a haber capacidad para atender toda la demanda. Esto lleva a los fabricantes a enfocarse en la investigación para hacer equipos más eficientes en el consumo de energía. Por ejemplo, uno de los temas a los que me he dedicado es a la climatización hospitalaria; en hospitales hay que hacer más eficientes los sistemas, ya sea integrando la parte de frio con la parte de calor para disminuir el consumo energético. Me acuerdo de un ingeniero que era especialista en hospitales y que decía que algunos proyectos eran imposibles por la demanda eléctrica que requerían, pero cuando nos poníamos a revisar el proyecto comprobábamos que la eficiencia de los equipos de aire acondicionado era demasiado baja y que se podía subir con mejores equipos y diseños nuevos. Hay espacio para dedicarse a esta actividad. Eso le digo a mis alumnos, a quienes llamo participantes. Pero una cosa es segura: las personas que se dediquen a esto van a tener trabajo, ya sea que trabajen para otros o para sí mismos.
¿A propósito, cómo evalúa los avances en eficiencia energética en el sector y su relación con el medio ambiente?
Hay esfuerzos muy grandes de los fabricantes para producir cada vez más refrigerantes que no dañen el medio ambiente. En lo que respecta al daño a la capa de ozono, lo que se llama el factor ODP, ya no existen refrigerantes dañinos en este aspecto. Ahora, si vemos lo que se llama el factor GWP, el Global Warming Potential del refrigerante, hay mucho esfuerzo y trabajo. Han salido nuevos refrigerantes, se está usando mucho el CO2, y también hay otros para el aire acondicionado con valores de GWP muy bajos. Hay todo un desarrollo de refrigerantes hidrocarburados inflamables (en sí mismos combustibles) que son muy efectivos; actualmente se aplican en sistemas pequeños y dichos refrigerantes tienen valores GWP muy bajos. Asimismo, se observa un enfoque de la mayoría de los fabricantes de equipos en la mejora continuamente de las eficiencias. Entonces, sí hay consciencia a ese respecto.
¿Y cómo se asume esta responsabilidad del cuidado ambiental, visto la gravedad que enfrentamos por el calentamiento global?
La responsabilidad es de empresarios y usuarios. Cuando eres una empresa corporativa debes participar o colaborar porque estas inmenso en lo que es la responsabilidad social y ambiental. Es mucho mejor trabajar y desempeñarse en un entorno de respeto, tanto a nivel social como medio ambiental; en esto veo un esfuerzo importante. En las ferias a las que asisto veo que siempre se presentan innovaciones en las que participan los fabricantes e incluso los gobiernos. El Ministerio de la Producción de Perú, hace algunos años, promocionó charlas sobre el uso de estos refrigerantes hidrocarburados que actualmente están en uso.
Por último, sabemos de su nueva posición en la internacional Teksol Group Solutions, como representante para Latinoamérica. Al respecto no nos cabe más que felicitarlo porque nos muestra su crecimiento profesional. ¿Cómo se siente?
Fui uno de los principales directivos de una importante empresa internacional en Perú que luego fue adquirida por una corporación muy grande con presencia mundial, soy directivo de la Escuela de Refrigeración del Perú desde su fundación, docente por más de 30 años; he trabajado en el sector a lo largo de 25 años. Con esta experiencia siempre hay oportunidades, más cuando a uno le parece interesantes desarrollar un trabajo a nivel internacional con una perspectiva más madura y con la posibilidad de llegar a los clientes con más valor. Desde este punto de vista, Teksol es una oportunidad. La visión de la empresa es lograr alianzas con sus clientes aportando un valor más apreciado. Mi experiencia docente ha contribuido mucho, dicto clase desde los 17 años, tengo mucha pasión por esta actividad y esto me sirve para llegar mejor a los clientes con las soluciones que ofrece Teksol. Ahora me encuentro en Centroamérica. Tengo muchas expectativas para hacer crecer la empresa y para lograr ser una alternativa reconocida en soluciones de ingeniería y suministro. Mi misión es hacerla una empresa más reconocida y líder en esta especialidad, y posicionarla más para que su nombre sea recordado. Este es el reto. Si eso se hace con una empresa que cuenta con un equipo sólido, creo que lo vamos a lograr.
¿Cuál es el valor agregado que aporta Teksol?
Es una empresa con profesionales maduros, con amplia experiencia técnica y comercial. Es un equipo bastante afiatado. De allí viene su capacidad para entregar a sus clientes verdaderas soluciones a sus necesidades. Su valor está en su madurez, el portafolio de productos y un equipo sólido con recorrido internacional. Tenemos clientes en casi todos los países de Latinoamérica. Estos son sus factores diferenciadores.