Científicos españoles han construido un sistema de refrigeración que incluye intercambiadores de calor en los paneles solares e intercambiadores en forma de U instalados en un pozo de sondeo a 15 metros de profundidad. Los investigadores afirman que así se reduce la temperatura de los paneles hasta un 17%, al tiempo que se mejora el rendimiento en un 11% aproximadamente.
La técnica de refrigeración consiste en la aplicación de un intercambiador de calor en la cara posterior del panel solar para eliminar el exceso de calor. Este calor se transfiere al subsuelo mediante un fluido refrigerante que se refrigera con otro intercambiador en forma de U introducido en un pozo a 15 metros de profundidad, lleno de agua natural del acuífero del subsuelo.
Los científicos probaron el sistema de refrigeración en una instalación fotovoltaica sin conexión a la red, que describieron como representativa de una típica granja solar con sistemas de seguimiento de un solo eje. El conjunto consta de dos módulos de 270 W suministrados por la empresa española Atersa. Tienen un coeficiente de temperatura de -0,43% por grado Celsius.
El intercambiador de calor del panel solar se compone principalmente de un conjunto de seis tubos de cobre aplanados y deformados plásticamente en forma de U, de 15 mm de diámetro cada uno. Todos los tubos están aislados térmicamente por espuma de polietileno y están conectados a colectores comunes de entrada y salida de 18 mm de diámetro. El grupo de investigación utilizó un caudal de refrigerante constante de 3 l/min o 1,8 l/min por metro cuadrado de panel solar.
El experimento demostró que la tecnología de refrigeración podía reducir la temperatura de funcionamiento del módulo solar entre 13 ºC y 17 ºC. También mejoró el rendimiento del módulo en torno a un 11%, lo que significa que durante todo un día, el panel refrigerado proporcionaría 152 Wh más que su homólogo no refrigerado, según el estudio.