La COP29 enfrenta críticas por pocos avances en el uso de refrigerantes sostenibles, mostrando la urgencia de adoptar prácticas climáticas coherentes.
Durante la COP29, celebrada en Bakú, Azerbaiyán, con la participación de aproximadamente 50.000 personas, la falta de coherencia entre los debates climáticos y el uso de refrigerantes con alto impacto ambiental en el recinto fue evidente. La Agencia de Investigación Ambiental (EIA) evaluó los sistemas de refrigeración y descubrió la presencia de gases con elevados potenciales de calentamiento global (GWP), como el R410A, el HCFC-22 y el HFC-32. Estos refrigerantes generan emisiones equivalentes a quemar 1.220 toneladas de carbón, reflejando un impacto ambiental significativo para un evento que pretende liderar en sostenibilidad.
El uso del R410A, con un GWP de 2.256, destaca entre los más dañinos, ya que sus fugas potenciales equivaldrían a más de 2 millones de kilogramos de CO2. Aunque en menor cantidad, el HCFC-22 también presenta riesgos ambientales y afecta la capa de ozono. Por otro lado, el HFC-32, aunque menos perjudicial, sigue representando un reto en términos de emisiones. Estas cifras subrayan la urgencia de adoptar sistemas de enfriamiento sostenibles, especialmente en un evento de esta relevancia.
Falta de progreso hacia la refrigeración sostenible
A pesar de los compromisos presentados en ediciones previas como la COP28, donde se impulsó la refrigeración sostenible, en la COP29 se han registrado pocos avances. Azerbaiyán, como país anfitrión, no ha firmado el Compromiso Mundial de Refrigeración ni ratificado la Enmienda de Kigali, instrumentos clave para reducir el impacto climático de los HFC. Esta inacción contrasta con los objetivos climáticos discutidos durante la conferencia, lo que pone en duda el liderazgo del evento en prácticas sostenibles.
La Environmental Investigation Agency (EIA) instó a Azerbaiyán y a los futuros anfitriones de la COP a asumir compromisos concretos, como la implementación de estrategias de enfriamiento respetuosas con el clima, la adopción de estándares de sostenibilidad para la presidencia del evento y la mejora en la transparencia sobre emisiones. Además, resaltó la necesidad de establecer un estándar global en la gestión de eventos climáticos para no solo debatir soluciones, sino también ejemplificarlas.
La COP29 pone de relieve que, sin acciones concretas, los objetivos climáticos quedan desdibujados. Adoptar tecnologías de refrigeración más sostenibles y fomentar la rendición de cuentas son pasos esenciales para que futuras ediciones lideren con el ejemplo y aceleren la transición hacia un futuro más sostenible.
Fuente: EIA