La modernización de edificios existentes es clave para reducir emisiones, mejorar la calidad ambiental interior y fortalecer comunidades locales.
La modernización de los edificios existentes se presenta como una prioridad clave para reducir las emisiones de carbono operacionales e incorporadas en las próximas décadas. Mientras que los nuevos edificios están diseñados para ser más eficientes energéticamente, la renovación de los inmuebles ya existentes ofrece una oportunidad inmediata para disminuir las emisiones operativas y contribuir a un futuro más sostenible y equitativo.
Renovar un edificio existente no solo tiene una huella de carbono considerablemente menor que construir uno nuevo, sino que también permite reducir las emisiones operativas actuales cuando se incluyen mejoras de eficiencia energética. Este proceso de descarbonización no solo es beneficioso para el medio ambiente, sino que también mejora la calidad ambiental interior, proporcionando un mayor confort térmico, mejor calidad del aire, iluminación adecuada y un ambiente acústico óptimo.
Además, la reutilización de edificios existentes fortalece las comunidades locales, generando más empleos por dólar invertido que las construcciones nuevas. Estos empleos, a menudo locales y favorecedores de pequeñas empresas, representan una inversión directa en las personas y en la revitalización de los barrios.
Para lograr una revitalización efectiva de los edificios, se deben seguir tres pasos fundamentales: eliminar la combustión in situ de combustibles fósiles, mejorar la eficiencia del edificio a través de estrategias pasivas, y optimizar la eficiencia de los sistemas. La compensación del resto con energía renovable, preferiblemente fotovoltaica, también es esencial para maximizar los beneficios de estas renovaciones.
Fuente: Regenerativa