En noviembre del 2002, cuando se produjo en China un brote de síndrome respiratorio agudo severo (SARS), una enfermedad respiratoria viral de origen zoonótico causada por el virus SARS-CoV-1 (la primera cepa identificada del coronavirus relacionada con el SARS que se reportó en Hong Kong, causada por murciélagos de herradura que viven en cuevas) comenzó a propagarse rápidamente en el país, lo que motivó el Gobierno central chino a tomar medidas.
En diciembre del 2002, el Centro de Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) del gobierno asiático ordenó reunir a 37 profesionales de diferentes universidades e institutos científicos de toda China para formar un grupo de investigación especial con el objetivo de detener la propagación del SARS en el país.
Tras dos años de investigación, a finales del 2004 se construyeron los primeros módulos del dispositivo ESCair (catálisis electrostática de aire), un equipo innovador diseñado para purificar el aire. Sin embargo, nunca se aplicaría en entornos residenciales o comerciales porque el SARS terminó su curso y desapareció.
En diciembre del 2019, se identificó una nueva cepa del coronavirus: el SARS-CoV-2, causante de la enfermedad conocida como Covid-19. El primer caso se produjo en la ciudad de Wuhan – China, una ciudad de 11 millones de habitantes con 17 hospitales. En las dos semanas posteriores al brote, más de 5000 personas murieron y nadie sabía cómo detener esta enfermedad de rápida propagación.
Un científico de la Universidad de Wuhan, que había participado en el desarrolló del dispositivo ESCair para detener el SARS, se comunicó con la Universidad Jiao Tong de Shanghái y la Universidad de Fudan para solicitar 40 unidades de este dispositivo para instalarlos en el sistema de aire central de dos hospitales de Wuhan.
La magia no se dejó esperar: la tasa de propagación de la enfermedad se redujo entre un 80% y un 85%. Con este resultado, los científicos confirmaron que el ESCair funcionaba: desinfectaba el aire y mataba los virus, las bacterias y los gérmenes que causan la enfermedad.
A finales del 2020, el Gobierno chino ordenó la implementación del dispositivo ESCair en todas las escuelas y hospitales, y posteriormente amplió la orden para exigir su uso en lugares públicos, como centros comerciales, escuelas, aeropuertos, edificios gubernamentales, y en el transporte público, incluidos autobuses, subterráneos, trenes, etc.
El trabajo de Reviveaire
En abril del 2020, Reviveaire, LLC. (empresa con sede en EE. UU.) se asoció a WeAirHealth Technology Development Co., Ltd (empresa con sede en China) para llevar el dispositivo ESCair a un nivel internacional. Juntos, trabajaron para certificar los productos en reconocidos laboratorios de EE. UU., como UL e Intertek, asegurando su calidad y cumplimiento de estándares globales. Ahora, la empresa está preparada para expandirse a nuevos mercados, incluyendo América del Norte, América del Sur, América Central, el Medio Oriente y varios países europeos.
En los últimos 3 años, también hemos desarrollado nuevos productos, como unidades de desinfección de automóviles, unidades independientes, “split-units” para desinfección de aire de ascensores y otras unidades portátiles para oficinas y hogares.
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